
Puerto Rico enfrenta un sinnúmero de retos graves que impiden su avance hacia un futuro próspero. Entre tantos obstáculos, se cuentan altas tasas de pobreza (sobre todo la infantil), baja participación laboral, más de una década de contracción económica, niveles de deuda insostenibles, y los estragos históricos de dos huracanes en 2017. Ante semejante adversidad, es evidente que Puerto Rico necesita un programa económico abarcador con herramientas poderosas como el Crédito por Trabajo (EITC, por sus siglas en inglés). Este crédito contributivo—que comprende uno de los programas anti-pobreza más efectivos en la historia de Estados Unidos—cumple una doble función: beneficia a trabajadores de ingresos bajos y moderados, y paralelamente incentiva la participación laboral en la economía formal.
Puerto Rico ha tomado un paso importante con la creación de su propio EITC, que entró en vigor a principios de este año. Sin embargo, el programa actual tiene un alcance muy limitado y harían falta mayores fondos para que el crédito cumpla, cabalmente, con sus objetivos. Por ello sería oportuno el avance de propuestas federales que ayuden a Puerto Rico a expandir su EITC. En particular, se destaca una medida aprobada este mismo verano por el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara federal, que podría llegar a cuadruplicar el EITC de la isla.
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